EL VALOR DEL SUELO CHAQUEÑO Y SUS DESAFÍOS

CONSERVAR EL SUELO PARA SOSTENER LA VIDA
El suelo es mucho más que la base donde crecen nuestros alimentos, es un recurso vivo que sostiene la biodiversidad, regula el ciclo del agua, almacena carbono y sustenta la vida de millones de personas. Sin embargo, su degradación avanza a pasos acelerados, especialmente en regiones como el Gran Chaco, que abarca territorios de Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil.
En el marco del Día Mundial de la Conservación del Suelo, que se conmemora cada 7 de julio, organizaciones ambientales, comunidades locales y especialistas en gestión territorial hablan sobre sobre la crítica situación del suelo chaqueño, uno de los ecosistemas más ricos y, al mismo tiempo, más amenazados de América del Sur.
“Para el Gran chaco es un recurso estratégico, es un recurso que sostiene la vida, sin embargo, es uno de los más frágiles por las características mismas que tienen el suelo en el Chaco. Sustenta la vida porque el suelo es el que sustenta la vida porque el suelo es el que sostiene una gran biodiversidad de bosques, sabanas de húmedas y todos estos ecosistemas presentes ene l territorio”, afirma Marcela Zamora bióloga y Responsable Chaco de NATIVA y Secretaria de Redes Chaco Bolivia.

Durante las últimas décadas, el avance de la frontera agrícola, la ganadería intensiva y la deforestación han puesto en vilo la salud de los suelos chaqueños. La pérdida de cobertura vegetal, sumada a la erosión eólica e hídrica, afecta gravemente la fertilidad del suelo y compromete la capacidad de producir alimentos de forma sostenible.
En una conversación con Marcelo Naval Ingeniero agrónomo con amplia experiencia en el manejo de bosques, sin lugar a dudas se trata del capital más importante del ecosistema “como usuario de este ecosistema hay algunas prácticas que debemos seguir ajustando y seguir trabajando como reducir las tazas de deforestación que tanto cambio en las condiciones del suelo ha provocado en nuestra región”, afirma Naval.
La deforestación en la región del Gran Chaco Americano es una de las más aceleradas y preocupantes del mundo. Según organizaciones como WWF y Guyra Paraguay, en los últimos 20 años el Chaco ha perdido más de 8 millones de hectáreas de bosque nativo. Solo en Paraguay, se calcula que entre 2010 y 2020 se perdieron más de 3 millones de hectáreas en el Chaco mientras que en Bolivia y Argentina también registran tasas preocupantes, sobre todo en departamentos como Santa Cruz y provincias como Santiago del Estero, Chaco y Salta.
Los impactos se traducen en:
a) La pérdida de biodiversidad. No olvidemos que la región alberga especies como el oso hormiguero gigante, el jaguar, el tatú carreta y más de 3.000 especies de plantas.
b) El cambio climático. Debemos hacer hincapié en que la región del Chaco es un importante sumidero de carbono; su deforestación libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero.
c) La erosión y degradación del suelo, que provocan la pérdida de servicios ecosistémicos clave, como la regulación hídrica.

Pero su impacto mayor está en el desplazamiento de comunidades indígenas y campesinas, afectando su cultura, seguridad alimentaria y formas de vida, muchas comunidades indígenas y campesinas de la región dependen directamente del suelo para su subsistencia. Su degradación no solo pone en riesgo los ecosistemas, sino también la cultura, el sustento y los derechos de quienes han habitado estos territorios por generaciones.
“La conservación del suelo no es solo un asunto técnico o ambiental, sino un tema de derechos y de futuro para las comunidades que habitan y protegen estos territorios”, señalan desde diversas organizaciones que trabajan en el Chaco boliviano que es hogar de más de 20 poblaciones indígenas entre ellas poblaciones de aislamiento voluntario o no contactados.
La conmemoración de este día invita a reflexionar y actuar frente a los grandes desafíos que se tiene tal como explica Naval: “tenemos desafíos que para conservar el suelo como por ejemplo erradicar el pastoreo continuo y empezar a darle a l suelo los descansos que merece organizar las cortas forestales para no provocar aperturas que debiliten la oferta de servicios ecosistémicos que en definitiva tiene muchísimos vales de regulación que hacen a la calidad y a la oferta que dan los suelos”.
En esta reflexión también debemos enfatizar que el suelo al sostener esta gran biodiversidad de bosque y ecosistemas es la base del desarrollo económico y socioeconómica porque está vinculado al trabajo que hace la gente de habita en el territorio, “gracias al suelo y lo que contienen es posible desarrollar la ganadería, la agricultura, la apicultura, o sea todas las actividades que vienen a ser medios de vida”, afirma Zamora al terminar.
En tiempos de crisis climática y pérdida de biodiversidad, el suelo debe ser reconocido como un patrimonio vivo que merece cuidado y respeto. Su conservación es clave para garantizar un futuro justo y sostenible para las generaciones presentes y futuras, desde Redes Chaco aplaudimos iniciativas que están ayudando a la conservación y monitoreo del suelo en la región como Global Forest Watch, Guyra Paraguay o MAP Biomas.


